
Tal vez os sorprenda que hoy quiera hablar de danza y espectáculos... ¿Acaso cambio la Mandarina de Newton por la Mandarina de las zapatillas rojas? Y aunque esta Mandarina proviene de bailarina, no es esa la respuesta. Hoy quiero hablar de danza y de Cecilia porque el movimiento, el espacio y el tiempo son los protagonistas de cualquier baile. Son tan artísticos, como Newtonianos, o incluso Einsteinianos.
¿Os habéis dado cuenta de las palabras? Es quizás eso, tan sólo una combinatoria de sonidos y grafías, pero que nos llevan a las variables involucradas en las ecuaciones de movimiento, o ecuaciones de Newton. Espacio, del latín spatium, lugar en el que se ubican los objetos o distancia recorrida por un móvil en un cierto tiempo. Tiempo, magnitud física que mide la duración o separación de acontecimientos sujetos a cambio. La velocidad es la es la magnitud física que expresa la variación de la posición o del espacio, en función del tiempo:
Y con ello, ya tenemos todos los ingredientes para poder componer el espacio. Esta es una de las expresiones que más oídas en las clases de Cecilia... "¡¡Compongamos el espacio!!" Y es que la Física, la ciencia, no está exenta ni de belleza, ni de sutileza... ni se guarda en los libros de texto. La Física está en cada rincón del planeta, en cada acción de la vida y en cada giro de una naranja. Ciencia es todo y no es nada... es tan sólo una manera de mirar al mundo y un intento de explicar aquello que hemos visto.
Cecilia nos recuerda que pensemos en los millones de direcciones que nos atraviesan, nos recuerda que los brazos tienen una intención... ¿Sabéis de qué nos habla? ¡De vectores! Cecilia hace cálculo vectorial cada vez que se ata la coleta y se mueve grácilmente por la sala, Cecilia hace cálculo vectorial cada vez que camina y compra una naranja. Un vector, no es nada más que una magnitud física con una longitud (una medida, o el número de pasos que camina), una dirección (una recta por la que se traslada) y un sentido (si sube o baja la calle, si camina hacia la derecha o hacia la izquierda, hacia donde mira su nariz) definidos.
Por no hablar del momento de inercia o inercia rotacional. El momento de inercia es una magnitud escalar, expresada con un sólo número (no como los vectores que necesitan de más información) que refleja la distribución de masas de un cuerpo o de un sistema de partículas en rotación, respecto al eje de giro. El momento de inercia sólo depende de la geometría o forma del cuerpo y de la posición del eje de giro. Una bailarina tiene más momento de inercia si extiendo los brazos a los lados y por eso girará más lentamente. Si, en cambio, contrae los brazos o los sube hacia arriba, consigue que su masa esté más cerca de su centro y por tanto, del centro de rotación, y con ello disminuye el momento de inercia, la resistencia al giro y aumenta su velocidad de rotación.
Nos salió un nuevo término: el centro... Cecilia seguiría insistiendo... "¡No os olvidéis de vuestro centro!". Y no es para menos, y es que nuestro centro de masas se comporta como si toda la masa de nuestro cuerpo estuviera allí colocada. ¿Recordáis los problemas de física de la escuela? Todos trataban sobre partículas puntuales... ¿Y alguien ha visto un punto correr, bailar o comer naranjas? ¡No! Dichos puntos caminantes, bailarines y comedores de naranjas no eran otra cosas que aproximaciones. La Física vive del arte de aproximar... Y de momento no le va tan mal. La mayoría de las veces, el error que cometemos considerando que un humano es un cilindro es tan pequeño, que no vale la pena enfrascarse en un millón de cálculos y complicaciones para incluir todos los detalles, si al final, acabamos consiguiendo, siete días más tarde, un resultado muy cercano al aproximado.
¿Lo veis? La danza es física y es química... (otro día podemos hablar de las reacciones que bailar produce en el cuerpo), y es anatomía y es biología y es todo y no es nada... porque el Universo no tiene etiquetas y porque lo único que cambia es el ojo que lo mira.
¿Os habéis dado cuenta de las palabras? Es quizás eso, tan sólo una combinatoria de sonidos y grafías, pero que nos llevan a las variables involucradas en las ecuaciones de movimiento, o ecuaciones de Newton. Espacio, del latín spatium, lugar en el que se ubican los objetos o distancia recorrida por un móvil en un cierto tiempo. Tiempo, magnitud física que mide la duración o separación de acontecimientos sujetos a cambio. La velocidad es la es la magnitud física que expresa la variación de la posición o del espacio, en función del tiempo:
¡La aceleración es la variación de la velocidad en función del tiempo!
Cecilia nos recuerda que pensemos en los millones de direcciones que nos atraviesan, nos recuerda que los brazos tienen una intención... ¿Sabéis de qué nos habla? ¡De vectores! Cecilia hace cálculo vectorial cada vez que se ata la coleta y se mueve grácilmente por la sala, Cecilia hace cálculo vectorial cada vez que camina y compra una naranja. Un vector, no es nada más que una magnitud física con una longitud (una medida, o el número de pasos que camina), una dirección (una recta por la que se traslada) y un sentido (si sube o baja la calle, si camina hacia la derecha o hacia la izquierda, hacia donde mira su nariz) definidos.
Por no hablar del momento de inercia o inercia rotacional. El momento de inercia es una magnitud escalar, expresada con un sólo número (no como los vectores que necesitan de más información) que refleja la distribución de masas de un cuerpo o de un sistema de partículas en rotación, respecto al eje de giro. El momento de inercia sólo depende de la geometría o forma del cuerpo y de la posición del eje de giro. Una bailarina tiene más momento de inercia si extiendo los brazos a los lados y por eso girará más lentamente. Si, en cambio, contrae los brazos o los sube hacia arriba, consigue que su masa esté más cerca de su centro y por tanto, del centro de rotación, y con ello disminuye el momento de inercia, la resistencia al giro y aumenta su velocidad de rotación.
Nos salió un nuevo término: el centro... Cecilia seguiría insistiendo... "¡No os olvidéis de vuestro centro!". Y no es para menos, y es que nuestro centro de masas se comporta como si toda la masa de nuestro cuerpo estuviera allí colocada. ¿Recordáis los problemas de física de la escuela? Todos trataban sobre partículas puntuales... ¿Y alguien ha visto un punto correr, bailar o comer naranjas? ¡No! Dichos puntos caminantes, bailarines y comedores de naranjas no eran otra cosas que aproximaciones. La Física vive del arte de aproximar... Y de momento no le va tan mal. La mayoría de las veces, el error que cometemos considerando que un humano es un cilindro es tan pequeño, que no vale la pena enfrascarse en un millón de cálculos y complicaciones para incluir todos los detalles, si al final, acabamos consiguiendo, siete días más tarde, un resultado muy cercano al aproximado.
¿Lo veis? La danza es física y es química... (otro día podemos hablar de las reacciones que bailar produce en el cuerpo), y es anatomía y es biología y es todo y no es nada... porque el Universo no tiene etiquetas y porque lo único que cambia es el ojo que lo mira.
"Nombramos las cosas en un intento de re-inventar el mundo a partir de sus nombres. Como si cada cosa existiera a través de su definición. Toda descripción es una sugestión en potencia. El lenguaje revela formas a través de límites, recortes que clasifican y definen las materias. Las im-posibilidades del lenguaje nos invitan a reflexionar sobre otras existencias. Así, nos lanzamos a componer una trayectoria para cada cosa. Un antes y un después, un contexto donde el objeto en cuestión podría habitar, existir. A partir del punto mínimo construimos sus probabilidades. Punto por punto. Y de probable en probable alcanzamos posibles, equilibrándonos entre la ficción y en lo que insistimos en llamar realidad."