lunes, 21 de septiembre de 2009

Comunicando...


Como algunos ya sabéis, soy la Irene, la ila mandarina; curiosa y juguetona de nacimiento. Me gustaría entender el por qué de la cosas y el origen del Universo. Vivo fascinada por el arte, la danza, las formas y los colores. Un buen día sentí la certeza de que la ciencia y el arte se combinaban en la divulgación científica. Ese día elegí trabajar como comunicadora y divulgadora de la ciencia. Eso explico en mi perfil y eso hago día tras día.

Hace ya algunos meses hice una entrada explicando mi nuevo destino profesional, el Institut Català de Paleontologia (ICP). En él, cada mes hacemos una reunión general, los PaleoVermuts, en las que cada miembro del equipo explica su trabajo, sus avances o sus anécdotas personales. Hace unas semanas, yo expliqué el origen, los porqués y las posibilidades de la comunicación científica.

Quise hacer una presentación algo distinta a las que había visto anteriormente, así que me animé a probar la aplicación Prezi. Prezi es un conjunto de herramientas programadas para hacer sofisticadas y originales presentaciones usando una filosofía completamente diferente a la tradicional. Prezi trabaja en un plano. Simula un lienzo blanco casi infinito. Usa el zoom y el movimiento a través de la pantalla para destacar conceptos y sorprender al público. Mi experiencia fue muy positiva, y os animo a trastear un poco con esta aplicación.

Estructuré el contenido para poder explicar cómo la comunicación científica no nace del capricho de unos pocos, sino, como la mayoría de fenómenos culturales, de una situación socio-cultural y económica determinada. Intenté plantear el reto que tiene la ciencia para conseguir estar presente en la vida y en las emociones de las personas. Y eso no quiere decir que nuestro día a día no esté totalmente rodeado de ciencia y tecnología, que lo está... sino que nosotros estemos con ellas. Y finalmente quise hacer un recorrido por las infinitas posibilidades que nos brinda el mundo de la comunicación científica...

Tal vez, la mejor manera de comunicároslo, no sea con muchas más palabras. Tal vez sea mejor mostraros la presentación.

Una vez vista, si queréis seguimos charlando... Y podemos preguntarnos sobre si lo estamos haciendo bien, si escuchamos a nuestros públicos, si priorizamos el dar a conocer nuevas maneras de entender el mundo o somos imperativos o alarmistas, si conocemos todas las plataformas, si somos rigurosos, si sabemos llegar a la gente, si confundimos abrir las manos para enseñar y compartir lo que sabemos con vender una moto... Uf!! A veces es tan difícil hacer entender la comunicación científica... Se me antoja, que incluso hay instantes en que los del otro lado, los científicos, esos sí que están comunicando, pero no del verbo comunicar, sino del acto de telefonear: tut, tut, tut!!

Bromas aparte, creo que es muy interesante que existan personas capaces de acercar el conocimiento al que llegan unos pocos con los recursos de todos, y que además consigan ser cómplices de futuras carreras científicas, para que podamos seguir aprendiendo y avanzando. Así que cuelguen los teléfonos y empiecen a hablar los unos con los otros porque la mejor manera de comunicar es estando presente, escuchando y hablando por todos los canales y con todos los detalles!

martes, 15 de septiembre de 2009

¡La ciencia está cantada!


Hoy en día estamos muy acostumbrados a hacer divisiones de todo tipo. Clasificamos los seres vivos, construimos países, en la escuela estudiamos diferentes materias, ... Algunas de estas categorías son más o menos naturales o comprensibles. Otras, en cambio, son más dudosas y artificiales. Todas son ideadas por mentes humanas.

A mi, me gustaría saber cuando separaron la ciencia o los conocimientos que se iban adquiriendo siguiendo el método científico de la vida en general. Cuando decidieron que la ciencia no era cultura, o no era ocio o no tenía espacio entre nuestros objetos personales. En su origen, la ciencia se confundía con la filosofía, con el arte y con la cacharrería. Pues eso, que la ciencia está en todas partes es algo cantado y que las canciones saben de ciencia es algo demostrado. ¿No lo habéis oído?

Mi propuesta para el nuevo curso escolar 2009-2010 es empezarlo cantando... Y no canciones tristes sobre la vuelta al cole o al trabajo sino tarareando alegremente sobre los elementos, el Sol, el estado de plasma (ni sólido, ni líquido, ni gas), coches eléctricos, o tal vez, sobre paleontología... ¡El tema os lo dejo elegir a vosotros! ¡No os lo perdáis!











Estas increíbles animaciones son fruto del trabajo, la imaginación y el ingenio del grupo TheyMight Be Giants... Unos gigantes de quienes no hay que perder ni nota. ¡Y a disfrutar a ritmo de ciencia!!

domingo, 9 de agosto de 2009

Definiendo la definición


¿Qué es un píxel? Esta pregunta puede pillarnos un poco por sorpresa... Pertenece a ese tipo de cuestiones que los niños y niñas de 3 a 11 años suelen poner sobre la mesa para que los adultos busquen recursos que les ayuden a explicar aquello, que ya hace muchos años, dejaron de preguntarse.

En las clases de Tecnolab, en Citilab, yo propongo un pequeño ejercicio que ayuda a los chicos y chicas del grupo a responder esta pregunta por sí mismos. Acaban definiendo qué es la definición. ¿Queréis probarlo?

Dividiros en grupos de tres. Cada miembro de uno de los grupos recibe un dibujo para colorear o rellenar. Es interesante que cada grupo tenga su propio dibujo, pero que los tres miembros de un mismo grupo tengan el mismo.

Cada persona del trio realizará una acción diferente sobre el dibujo. Uno de los miembros utilizará colores de madera o plastidecor para pintar su dibujo. Utilizando los mismos colores, una segunda persona pegará gomets cuadrados (pequeños adehesivos de colores) muy pequeños. Finalmente, el tercer integrante del grupo utilizará gomets muchos más grandes para dar color al mismo dibujo y siguiendo el mismo patrón.

Con paciencia, cada persona va trabajando en el dibujo hasta que por fin... ¡Ya lo tenemos! ¿Qué ha pasado con la imagen? ¿Y con la definición? Observamos que la imagen pintada con colores representa bastante bien la realidad, tiene gran definición y observamos fácilmente los detalles. En el segundo caso, hay trozos en que el dibujo se respeta bastante bien, pero los bordes y límites no siempre se distinguen. Hemos perdido definición y hemos construido la imagen a partir de unos cuadrados que no observamos en la realidad. Finalmente, el tercer dibujo es muy difuso, casi cuesta de entender y muchos detalles se han perdido. Continuamos observando esos cuadrados mono-color que no vemos cuando miramos al mundo y esta vez son mucho mayores. ¿Qué son esos cuadrados? ¿Qué están representando los gomets en esta actividad?

¡Los píxels! ¡Sí! Todos los chicos y chicas de Tecnolab llegan a esa misma conclusión, y es más, una veza acabada la parte más artística, son capaces de definir los píxels.

Un píxel o pixel (acrónimo del inglés picture element, "elemento de imagen") es la menor unidad homogénea en color que forma parte de una imagen digital, ya sea en una fotografía, un fotograma de vídeo o un gráfico.

Ellos no utilizan estas palabras, pero sí que dicen que los píxels son cuadrados de un solo color que forman las imágenes que aparecen en las pantallas del ordenador o en algunos televisores. También añaden que la definición de las imágenes depende de la medida de los píxels. Si estos son suficientemente pequeños, la imagen tendrá alta definición y la veremos de forma precisa y nítida. Si los píxels son demasiado grandes, perderemos definición y observaremos muy claramente unos cuadrados extraños que son, precisamente, ¡los píxels!

Una vez visto este fenómeno en papel, es interesante contrastarlo con la experiencia digital. Escogemos una imagen cualquiera aplicamos el zoom hasta que nuestros ya conocidos píxels aparecen en la pantalla.




¡Hecho! ¡Definido! y ¡Comprendido!

En la última edición de Tecnolab, Andrea y Cristina explicaron su primer día del curso Tecnolab en nuestro blog de Tecnolabbers. Durante esa primera hora aprendieron qué eran las TIC y qué eran los píxels. En mi opinión, su entrada reflejaba su experiencia mucho mejor que millones de mis explicaciones... y cómo a fin de cuentas, quien importa es el usuario y ellas forman parte de los verdaderos protagonistas de Tecnolab, os recomiendo la visita.

miércoles, 5 de agosto de 2009

No le veo, no le veo... ¿quién no nos ve?


¿Alguien ha visto al hombre invisible? No claro... por definición no es visible... pero ¿alguien se ha planteado si el hombre invisible podría vernos a nosotros?

Para poder ser el hombre invisible, necesitaría dejar pasar, a través de su cuerpo, toda la radiación electromagnética correspondiente al espectro visible. Es decir, toda la luz correspondiente a la clase de energía electromagnética radiante que puede ser percibida por el ojo humano. De este modo, todos los demás podríamos ver a través de él y no percibir su presencia. Dicho de otra forma, el cuerpo de un hombre invisible no absorbe nada de luz visible.

Para poder ver, nuestros ojos necesitan captar un señal en forma de luz visible, y al hacerlo, ellos mismos se convierten en observables por los demás. Para ver tenemos que dejarnos ver. Si las retinas del hombre invisible han de ser transparentes, sin la posibilidad de que la luz visible las atraviese, estas no pueden captar ninguna información. Bueno, ninguna, ninguna... No podrían captar la información que nosotros obtenemos visualmente: las formas, los colores... Tal vez, podría absorber radiación electromagnética de otro tipo: infrarroja, ultravioleta... De ese modo, vería cosas que nosotros no vemos, como la temperatura de los cuerpos, pero jamás conocería qué es el color mandarina.

viernes, 24 de julio de 2009

¿Ecuaciones rotas?


Existen días en que celebro ser física, y con ello no me refiero a material, no, sino a haberme dedicado durante unos años a una disciplina de la ciencia natural que estudia las propiedades del espacio, el tiempo, la materia y la energía, así como sus interacciones. Son los días en los que me siento feliz de haber podido estar cerca de preguntas cómo qué somos, de dónde venimos, a dónde vamos y de qué estamos constituidos... Son los instantes en los que me entusiasmo recordando la magia de las matemáticas o comprobando la belleza del Universo.

Existen otros momentos, en cambio, normalmente más prácticos y cotidianos, en los que desearía no haber sido entrenada en el pensamiento científico... Momentos en los que Platón me parece el enemigo número uno de la felicidad moderna. ¿Qué es lo que me tortura? ¿Qué es lo que me disgusta? ... O mejor... ¿qué es lo que me lleva a la decepción?

¡El increíble Mundo de las Ideas! Seguramente, expertos en Filosofía, conocerán este tema mucho mejor que yo... De hecho, sólo pretendo hacer un esbozo de la "torturante" teoría platónica: El mundo de las ideas o mundo inteligible hace una clara división entre un mundo físico, material, cambiante e imperfecto y otro compuesto por las ideas o impresiones de esos objetos, inmutable. Este segundo mundo es considerado por el autor como la perfección, cercano a la virtud máxima, el bien, la idea desde la cual se construyen los objetos físicos, que no son más que copias imperfectas de dichas impresiones.

Los Físicos, como otros tantos científicos, también tenemos nuestra propia concepción del Mundo de la Ideas. Este mundo está lleno de ecuaciones, expresiones y relaciones. Es el mundo de los modelos matemáticos. Los modelos son simplificaciones que convierten a un objeto complejo e inabordable en algo más simple y estudiable, a través de los métodos científicos. Los modelos son muy útiles o han sido muy útiles para ayudar a la humanidad en la comprensión del mundo. Aunque desconozco si son el único camino hacia la comprensión. Aún así, es verdad, que si tuviéramos que tener en cuenta todos los inacabables detalles de cada objeto de estudio, jamás llegaríamos ni siquiera a enunciarlos... Pero claro está, una cosa es simplificar y la otra llegar a situaciones tan cómicas como la descrita por la primera anécdota que se explica en Fundamentos de Física al llegar a la Universidad:

Había una vez una vaca que daba poca leche, y su propietario decidió llamar a varios científicos para que le ayudaran a encontrar una solución.
El biólogo le contestó:

-" Ningún problema, hacemos un estudio genético de la vaca y de sus progenitores..."
A lo que el químico respondió:
-" Bueno, tal vez podríamos analizar el pienso y el agua de la cual se alimenta..."
Cuando el físico señaló:
_" Mira, lo mejor será que nos imaginemos una vaca esférica de radio pata y densidad constante en un campo gravitatorio."

No podemos evitarlo, acabamos viendo las vacas como sistemas abiertos no estacionarios que intercambian materia y energía con el exterior... Evidentemente, ¡estoy exagerando!, pero si que es cierto que simplificar, modelizar y sobretodo, volviendo al mundo inteligible, crear modelos ideales, acaba conllevando una especie de idealismo, platonismo y "decepcionismo", si no se es consciente del proceso, intrínseco al método.

Por ejemplo... queremos estudiar el aire. Una mezcla formada mayoritariamente por oxigeno y nitrógeno en estado gas. Nos podemos centrar en cualquiera de los dos componentes e ir a buscar una de nuestras leyes o ecuaciones... ¡la ley de los gases ideales!

La ley de los gases ideales es la ecuación de estado del gas ideal, un gas hipotético formado por partículas puntuales, sin atracción ni repulsión entre ellas y cuyos choques son perfectamente elásticos (conservan el momento y la energía cinética). ¡Son maravillosos los gases ideales, pero son inexistentes! Los gases que nos rodean son gases reales... Y de acuerdo que existen algunos, como los gases monoatómicos, que en condiciones de baja presión y alta temperatura, presentan un comportamiento que se aproxima muchísimo al de un gas ideal... pero... continúan siendo entes platónicos, entes abstractos, entes ficticios... entes decepcionantes...

Tal vez, este es un problema hipotético y que yo misma esté construyendo mi propio "conflicto ideal sobre la idealidad"... pero quiero hacer una llamada a los físicos mandarínicos... Y no físicos también.... ¿No existe en vosotros una tendencia asintótica hacia la construcción de utopías (cual Waslala, una gran novela de Gioconda Belli, por cierto) y espectativas jamás alcanzadas?

Si no fuera así, si nadie participara de mi conflicto, revisaría mis hipótesis y empaquetaría mis teorías... pero... si uno, tan sólo uno de vosotros me ayudara en esta continua creación de "mundos ideales" y "frustraciones reales", le regalaría, desde hoy mismo, una vaca esférica, un humano cilíndrico y un hilo infinito, que llevo, desde hace años, en mi equipaje.

Si queréis leer más anécdotas como la de la vaca, o ampliar la lectura sobre el modelo, el preconcepto, el método científico, entre otros, Claudi Mans acaba de publicar un libro interesante con un título muy sugerente: La Vaca Esférica.

Salud a todos y no se me desanimen... ¡¡hasta lo malo tiene matices y recovecos!!


lunes, 20 de julio de 2009

Cuatro museos, cuatro historias museográficas distintas


Este está siendo un verano muy museográfico para mi... Un verano muy especial.

Hace algo menos de un año, empecé este blog con un post en el que hablaba de la exposición temporal dedicada a los homínidos que se exponía en el Staatliches Museum für Naturkunde de Karlsruhe. Eso era el 4 de agosto del 2008. Este verano, en mi treinta aniversario, el 4 de julio del 2009, decidí cruzar el Atlántico e irme a visitar algunos museos de ciencia y tecnología de la costa oeste americana.


He pasado diez días maravillosos recorriendo la costa californiana entre Point Reyes y Morro Bay. Ha sido un viaje increible en el que he podido disfrutar de la naturaleza en su estado puro. Si camino a Point Reyes veíamos ciervos, vacas y un antiguo faro construido a finales del s. XIX.


A lo largo de nuestra bajada por el Big Sur dirección Morro Bay vimos secuoyas a nuestro paso por Redwoods.




Y focas, morsas, nútrias y ardillas en Piedras Blancas. ¡Fue muy emocionante!


Pero no fueron sólo mi cumpleaños y la naturaleza en su estado más salvaje los únicos protagonistas de este viaje. Centros tan emblemáticos como el Exploratorium, el Tech Museum, el Aquarium de Monterey, el California Academy of Science, el San Francisco Museum of Modern Art o el Japanese Tea Garden de San Francisco también fueron visitas principales de mi fugaz escapada californiana.

Cada uno de estos museos respira y late de forma distinta e incluso de los cuatro museos científicos visitados, no hubo ninguno que repitiera la misma historia.

El mismo 4 de julio, emocionada no sólo con la celebración americana de su independencia, sino también con mi entrada en la treintena, visité, el más esperado de los museos... el padre de los interactivos, el nido de la creatividad. Sí, con la imagen del Golden Gate Bridge aún en mi retina... divisaba el logo del Exploratorium. La emoción no era pequeña... Y tengo que decir... ¡que la experiencia no fue en absoluto decepcionante! Entre aquellas cuatro paredes y aquel espacio diáfano y amplio se aglutinaban miles de acciones que daban respuesta a miles de preguntas y generaban aún más preguntas. Un espejo cóncavo gigantesco nos devolvía una imagen invertida y con el punto focal entre el espejo y el observador. Las leyes de la Física, se mezclaban con experimentos de percepción, Biología, Psicología, Arte o Ingeniería... La tienda del Exploratorium también fue parada obligada... en ella compré algún que otro recuerdo, juguetillo científico y varios libros. Encima de mi mesa me esperan Something incredibly wonderful happens, Frank Oppenheimer and the World He Made Up de K. C. Cole y Exploratopia con más de 400 experimentos para mentes curiosas desarrollado por el propio Exploratorium.

La siguiente visita fue al Aquarium de Monterey. Personalmente, siento una cierta atracción hacia el mundo marino, el agua y las profundidades oceánicas. Imagino que, como decía en el propio acuario, el mar es lo más cerca que llegamos a estar de otro mundo. Aún así, quiero remarcar que el Aquarium de Monterey es algo especial. Su lema es "Explorar, descubrir, actuar". En él, dialogan la belleza, el conocimiento científico y la responsabilidad ecológica. Consta de una museografia bellísima y diversa adaptada para diferentes tipos de público. Existen salas diseñadas para los más pequeños, incluso para los tan pequeños que sólo juegan con formas, sonidos y algún concepto. El contenido es múltiple, los interactivos están perfectamente ambientados, los diferentes ecosistemas se reproducen pedagógicamente y la exposición de las medusas es la obra de arte viva más bella del mundo. Tan urticarias y tan fascinantes... Podrías pasar horas contemplando a esas criaturas...

Subiendo por la carretera central vimos sistemas de succión de petróleo... Finalmente, llegamos a San José. Nuestra parada en esta ciudad estaba destinada a ponernos en contacto con el personal del Tech Museum, quienes nos atendieron con gran amabilidad. El Tech Museum es un museo distinto, ¡donde la tecnología empieza a ser protagonista! Hace tiempo, que los Museos se entienden como aquellos lugares que nos hablan del pasado, pero no olvidemos que, ya en su día, las Exposiciones Universales supusieron una gran revolución en el mundo expositivo. Mostraban ciencia contemporánea, tecnología y artilugios del presente y del futuro. Podríamos decir que el Tech continúa con ese paso adelante.

Y ya vamos de vuelta a San Francisco... que el viaje se acaba y aún nos queda mucho por ver y un gusto nostálgico porque sabemos, que aunque han sido sólo diez días, jamás olvidaremos California. De nuevo en la city, visitamos el California Academy of Science. Un Museo recién renovado que ofrece al visitante un picoteo entre las diferentes especialidades con formatos frescos y juveniles como la jornada de puertas abiertas tardía con cocktails científicos y no tan científicos. Tal vez la parte que me gustaría destacar más sería la del planetario. Una immensa cúpula con seis proyectores preparados para mostrar los misterios del firmamento. Y finalmente, un tejado ecológico e innovador visitable para todos y con telescopios apuntando al astro Rey, nuestro Sol.


Como veis no ha habido tiempo de aburrirse... más bien ha sido una experiencia, que desearía se hubiera alargado algunos cuantos meses más...



Ya de vuelta, he asistido al curso Ciència, Tècnica i Patrimoni Industrial: Museïtzar i Conservar ofrecido por la Universidad de Barcelona. Diez profesores, entre ellos Jorge Wagensberg, Xavier Roigé o Isabel Fuentes nos han ido acercando al concepto de museo, de interactivo, de patrimonio industrial... nos han explicado sus casos concretos... En particular me gustaría felicitar a Emi Turull, directora del Museu Agbar de les Aigües, por su emocionante exposición y las brillantes ideas, actividades y propuestas del centro. Pero a pesar de las 20 horas de clase magistral... me queda en la garganta la sensación... que nada es como experimentar uno mismo la aventura de un museo. Oler, tocar, escuchar, ver y juzgar a los pioneros y a los grandes es realmente inspirador. Si alguién tiene la oportunidad de viajar a California, que no se pierda estos cuatro museos, con sus sendas historias.

En Citilab estamos pensando en iniciar un nuevo camino expositivo, pero siguiendo la filosofía del centro... tendremos que hacer una gran immersión para podernos reinventar un nuevo concepto de exposiciones tecnológicas participativas. Os seguiré informando...

domingo, 21 de junio de 2009

Diseño científico y ciencia diseñada.


Habitualmente, el diseño se utiliza en el contexto de las artes aplicadas y disciplinas creativas. Este, se define como el proceso de plasmar el pensamiento de la solución a un determinado problema o dilema, mediante esbozos, dibujos, bocetos o esquemas trazados. La palabra diseño proviene del término italiano disegno, dibujo. Representa el porvenir, la visión gráfica del futuro. Lo ya hecho es la obra, lo por hacer, es el proyecto y el proceso previo de búsqueda de soluciones para las cuestiones que plantea el proyecto es el diseño.

Muchas veces, asociamos el diseño a las pasarelas, los edificios o los electrodomésticos... pero si tentados por la curiosidad analizamos su definición, nos damos cuenta de que en realidad el diseño es algo mucho más cotidiano. Miles son los problemas que se le plantean a la ciencia y a las matemáticas: ¿Cómo es nuestro Sistema Solar?, ¿Qué estructura tiene el ADN?, ¿Cómo repartiremos mejor el peso de una catedral?... Otras mil y un a la tecnología: ¿Cual es el mejor diseño para el ala de avión?, ¿Cómo crear una plataforma interactiva?, ¿Cómo desarrollar el software de una nueva aplicación?... En todas estas situaciones existe una búsqueda previa de soluciones, existe un diseño científico o tecnológico.

Hemos acercado el diseño a la ciencia... pero ¿qué os parecería una relación biyectiva?, ¿qué tal si acercáramos la ciencia al diseño?. A mí, personalmente, ¡¡me resultaría interesantísimo!!

En mi caminar por el mundo, museos, tiendas e Internet suelo buscar objetos que jueguen con la ciencia. Mis amigos y familiares se han unido a esta curiosa afición, y ha acabado siendo una pequeña gran diversión que ha llenado mi casa de cachivaches tipo: Lápices con el número e (2'7182818284590452354...), camisetas con el número π (3'1415926535897932384...), colgantes hechos con condensadores, pendientes con el símbolo de infinito (\infty)...

Seguramente, todo empezó en esas clases de electrónica aplicada en que Aina y yo empezamos a mirar los leds, las resistencias y los condensadores con una nueva mirada... De repente, aquellos integrantes del circuito nos mostraban sus colores y su magia...

De hecho, en 2º de BUP, ya había estudiado el código de colores de las resistencias:



Poco a poco, Aina y yo empezamos a poblar nuestras orejas con leds verdes, resistencias de 1300 (Marrón-Naranja-Rojo) o de 80 (Gris-Negro-Negro). No era tanto el valor de la resistencia como su armonía pictórica.

Como anécdota, explicaré un día que fui a comprar resistencias a una ferretería de Reus. Yo había hecho los cálculos... quería una resistencia (violeta-azul-verde), lamentablemente no tenían 7'6x 106. El dependiente me comentó que tenía que elegir entre otros valores o intentar colocarlas en serie (una después de la otra) o en paralelo (con dos terminales comunes) para poder sumar dicha cantidad. Yo, no estaba muy segura de qué combinación luciría mejor colgada de mis orejas... así que le pedí que me las mostrara... ¡Jamás había visto alguien con tal cara de sorpresa!!

Mi sueño sería que algún día, La Mandarina pudiera repartir omnios y amperios en forma de joyas y atuendos, al mundo entero!!