
Si a alguien le apetece poner en una misma coctelera: asesinatos, misterio, matemáticas y literatura, recomiendo la lectura, casi enfermiza, de la segunda parte de "Los hombres que no amaban a las mujeres". Es decir, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" de Stieg Larsson. Este libro me sorprendió con frases como la que sigue:
(a + b)2 = a2 + 2ab + b2 "
Y es que con este post, intento desagraviar a la ciencia y a las matemáticas de todos los instantes t en que estas son tratadas con desprecio. Rechazo todos esos comentarios sobre que la ciencia o las matemáticas son aburridas y no interesan al ciudadano. Me quejo de todos esos anuncios que vimos de pequeños, los que ahora ya llegamos a los 30, donde decían:
Porque frías, calientes, con misterio, a palo seco, con ron, con letras griegas, en novelas, en el día a día, en el cine y en la vida, la ciencia y las matemáticas son la esencia y la chispa que nos mueve. No hay nada más curioso que un niño o una niña. Y nada más fascinante que un periodista y reportero de guerra sueco que describe como Lisbeth Salander, una de las protagonistas de sus novelas, de repente, se detiene en seco y...
El cuadrado se había convertido en un cubo (

Y de pronto, Lisbeth (nuestra protagonista) lo comprendió. La respuesta fue de una sencillez que la desarmó por completo. Un juego de cifras que se alineaban en serie, y de súbito, se colocaron en su sitio formando una fórmula que más bien debía verse como un jeroglífico. (...)"
Y con esto... ¡Tan sólo desearos suerte, en vuestros cálculos matemáticos y en vuestras incógnitas vivenciales!! ¡¡¡A encontrar las Xs!!!